En el
momento de elegir una recopilación el coleccionista deberá tener en cuenta la
naturaleza de su futura infelicidad.
Si escoge
una colección infinita su alma ansiosa no encontrará la calma que únicamente
proporciona su consecución.
Si por el
contrario decide emprender una colección limitada, tarde o temprano conseguirá
finalizarla. Y entonces le invadirá un enorme vacío al desaparecer el placer
que únicamente le brinda la búsqueda.
Eterno
dilema.
Me gusta siempre dejar las cosas acabadas, por tanto me van las colecciones limitadas. Aún recuerdo los álbumes de cromos de Nestlé de mi juventud.No tengo dilema, acabo una colección con gusto y enseguida busco ilusionarme empezando otra.
ResponderEliminarEl coleccionista convencido creo que debe disfrutar de las colecciones interminables y, por el camino, gozar de la dificultad de conseguir los objetos que ofrecen una mayor resistencia. Pienso que una colección limitada es, por decirlo de alguna manera, una colección "menor". Tal vez vaya con el carácter de cada uno.
ResponderEliminarJo, aquest dilema, l'he resolt deixant sempre les col·leccions a mitges... Tret de la biblioteca, és clar, que no s'acaba mai!
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