viernes, 11 de marzo de 2016

Relato Breve: Intimidad

 Espero que os guste:

Intimidad
Has dejado abierta la ventana de tu habitación y yo he aprovechado para entrar de nuevo en tu apartamento. He vuelto a recorrer tu cama palmo a palmo, deteniéndome en tu pijama y en la almohada. He visto el libro que estás leyendo y las pastillas que utilizas para conciliar el sueño.
He estado en tu lavabo, he tocado tus cremas y me he mirado en tu espejo. En el suelo yacía la toalla con la que te has secado después de la ducha. Es muy suave. El olor derivado de las dos gotas de perfume que te pones cada día todavía embriagaba la zona.
He estado observando detalladamente cada una de las fotografías de tu familia que custodian el pasillo. Pareces una persona feliz en todas ellas.
He mirado y palpado uno a uno todos los cuadros del salón. Me encanta la pintura. He olisqueado tus prendas de ropa húmeda colgada frente a la ventana. Me enloquece ese olor a suavizante que utilizas. Después me he divertido un rato jugando con tu gato, que ha intentado sin éxito darme un zarpazo. Pero enseguida se ha cansado de mí, su sueño era más poderoso.
Y entonces he oído el sonido de la llave volteando sobre la cerradura de la puerta de entrada y me he apresurado a esconderme. Tú has dejado las llaves sobre la mesa del recibidor y te has dirigido a la cocina. En ese momento me he quedado inmóvil y el corazón me latía con fuerza. Por un momento creía que me ibas a descubrir.
Desde mi posición he observado como abrías la nevera, cogías un cartón de leche y te servías un vaso sobre la encimera. La defectuosa constitución del recipiente, unida a la gran cantidad de líquido que albergaba, ha provocado que se derramaran unas gotas sobre el mármol. Luego has introducido dos rebanadas de pan de molde en la tostadora, y una vez chamuscadas las has untado con ese paté que tanto me gusta. Esta operación también ha dejado restos en forma de migas y un par de pequeños pegotes de paté. Has envuelto el bocadillo en papel de aluminio, te has bebido la leche de un sorbo y has salido corriendo por la puerta. Con las prisas no has limpiado los restos de comida sobre el mármol. Cuando la puerta se ha cerrado tras de ti, he salido volando de mi escondrijo. Frente a mí tenía todo lo que había venido a buscar.
Me he abalanzado sobre el charco de leche y he estado un buen rato sorbiendo, hasta que he tenido suficiente. Seguidamente he saboreado el paté y el pan, pese a tener el estómago lleno. Entre miga y miga reposaba mientras frotaba mis patitas delanteras. Al acabar he hecho la digestión dormitando sobre el reloj de la pared de la cocina. Ideal. Mañana vuelvo seguro.
Cuando he salido por la ventana, hace media hora, tu gato seguía durmiendo. 

5 comentarios:

  1. ¡Ay, qué alegría más grande meterme hoy en la red después de un tiempo que no entraba, y encontrarme con tu relato...! ¡te he echado de menos !
    Sigo leyendo,... ¡pero qué bien relatas las cosas!

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  2. Me ha encantado, intrigante hasta el final.

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  3. Entre parras y olivos ando ocupado y no leo todo lo que quisiera. Pero sí he decidido leer todo lo que escribas. El de "Intimidad" es genial.

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  4. Estoy reencontrándome con viejos relatos que adquieren sentido. Espero que os inspiren tanto como a mi. Gracias por leerme.

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  5. Me ha gustado, te sigo leyendo, gracias

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